Agoniza la tarde entre el silencio de la campiña, vuelvo mis pasos, cargo el sol sobre mis espaldas, y sigo mi sombra, de regreso a casa... con la magia en mis pupilas.
Hace algún tiempo en ese lugar donde hoy los bosques se visten de espinos se oyó la voz de un poeta gritar "Caminante no hay camino, se hace camino al andar..."